Viendo Gigantes o Pan Comido

Viendo Gigantes o Pan Comido

Miércoles, junio 12 del 2013

Esta mañana amanecí pensando en gigantes.

Porque los tengo en mi vida. A veces los veo algo alejados de mí, quietecitos, esperando – y siento que puedo respirar con relativa tranquilidad. Otras veces, los tengo como leones rugientes agarrados de mi cuello, listos para devorarme. Como esta mañana …

Y eso me hizo pensar en los gigantes que, un día hace miles de años, unos 12 espías de Israel vieron al ser enviados a reconocer la tierra y el pueblo de Canaán. 10 varones regresaron a Moisés y Aarón diciendo que ciertamente la tierra fluía leche y miel, “mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte”, y “no podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros”. Además declararon: “La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes … y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.” (Números 13:28,31-33)

Solo 2 varones de los 12, Josué y Caleb, vieron otra cosa. En vez de ver los gigantes, y dejarse amedrentar por ellos, vieron a Dios – y lo que Dios podía hacer a través de ellos. “Entonces Caleb … dijo: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella (la tierra); porque más podremos nosotros que ellos.”” (13:30) “La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.” (14:7-9)

En fin, con los ojos físicos, los 12 varones vieron lo mismo: la misma tierra, las mismas ciudades, el mismo pueblo. Pero los 10 espías atemorizados vieron con ojos de “nuestro parecer”: que ellos eran como meros langostas frente a la grande estatura y la fuerza de los gigantes que vivían allí – “no podremos subir contra aquel pueblo” era su declaración de derrota. Solo Josué y Caleb vieron con los ojos puestos en Jehová Dios: si Él estaba con ellos, si Él se agradaba de ellos y los llevaría, también les entregaría la tierra – no había nada ni nadie que temer – “Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” era su declaración de victoria.

¿Y yo? ¿Cómo reacciono y respondo yo cuando veo los gigantes de mi vida parados frente a mí, listos para desafiarme a pelear contra ellos? Los gigantes de las dificultades y los problemas que acechan por todos lados: en mi familia, en mis amistades, en mi iglesia, en mi ciudad y mi nación, aun en mi propio corazón. Tengo que vencerlos, o me comerán viva. Entonces, ¿qué hago? ¿Me atemorizo, dudo, y digo “no puedo contra ellos” – porque a mi parecer son muy grandes de estatura y muy fuertes en comparación con mi pequeño tamaño de langosta? ¿O creo que “mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4) ¿Y digo con fe y confianza que “más puedo yo que ellos”, que “yo los comeré como pan”?

Pues depende. Si me veo y me siento sola en la batalla, y si actuó según “mi parecer”, soy pan comido para mis gigantes. Pero si me veo acompañada de Dios, y si avanzo según las promesas y los mandatos que Él me ha dado, ¡serán ellos pan comido para mí! Así decidí creer y enfrentar mis gigantes cuando los vi y los sentí acechándome esta mañana: al subir contra ellos, cayeron muertos a mis pies – ¡y yo quedé con la bandera de victoria en las manos!

Amig@: ¿tú, cómo te sientes hoy? ¿Con los gigantes al frente, o ya al cuello? ¡Todavía no te han comido! Todavía puedes tomar la decisión de creer que más puedes tú, con Dios, que ellos – todavía puedes proclamar en fe que ellos serán pan comido para ti – todavía puedes cantar:

Dios de milagros y amor
Sanas y das salvación
Incomparable eres Tú 
Brillas en la oscuridad
Clamamos por tu libertad
Incomparable eres Tú 
Mi Dios es grande, mi Dios es fuerte
Nadie es igual, nadie le hace frente
Dios sana y salva
Con gloria se exalta
Mi Dios, mi Dios
Y si Dios con nosotros,
¿quién pues contra nosotros?
Y si Dios nos levanta,
¿quién pues nos detendrá?
+ REFLEXIONES PARA LEER